Desde el bar
El Toro: Un amigo muy útil
Héctor Anabitarte
El Parlament Catalán, respondiendo a una petición de 180.000 personas, en una votación en la que no estuvo ausente la crispación y en la que entre los grupos no hubo unanimidad, se decidió por mayoría prohibir la "Fiesta de los Toros" en el ámbito de Catalunya a partir del 2012. Este Parlamento, utilizando las competencias constitucionales de las que disfruta, de manera legítima, tomó una decisión que puede gustar o no pero que debe ser respetada. Y convendría no olvidar que en España no hay "una tercera cámara parlamentaria".
Nacido en Argentina y nieto de cuatro abuelos españoles, dos gallegos y dos vascos (¡Se padecía tanta hambre en aquella España de entonces!), no tuve la oportunidad de asistir a corridas de toros. En la Pampa estos animales, que llevaron los castellanos cuando la Conquista, son valiosos sementales, muy apreciados. Cuando mueren en los mataderos se intenta de que sufran lo menos posible. No se trata de una fiesta, y el matador sabe que mata a un buen amigo que fue muy útil.
En Argentina la Asamblea del año 13 (1813) prohibió las corridas de toros (se demolió la Plaza del Retiro) y en la misma decisión abolió la siniestra Inquisición, los titulos nobiliarios y los instrumentos de tortura (fueron quemados en un solemne acto en la Plaza de Mayo de Buenos Aires : la famosa plaza de las Madres y las Abuelas de desaparecidos durante la última dictadura militar). Aquella Asamblea estaba muy influenciada por la Revolución Francesa. También sabía que Carlos III, el rey más ilustrado, reformador y muy mediterráneo, había prohibido que en las plazas se matara a los toros. Así consta en el Museo Taurino de la Bicentenaria plaza ribereña, donde en el verano, los vecinos disfrutamos de la programación de Las Lunas por sólo dos euros.
En Canarias hace veinte años se prohibieron los toros y se reguló escrupulosamente sobre los espectáculos en los que intervinieren animales (claro que continuaron existiendo reñideros clandestinos, ilegales: la pelea de gallos era una tradición tan acendrada como la taurina y en Canarias se crían excelentes ejemplares: gallos que son exportados a países de sudamérica, en donde se les suele poner garras de hierro para que el espectáculo sea más emocionante y las apuestas más altas). En Argentina, clandestinamente, se organizan sangrientas peleas de gallos y de perros.
Este tema de los toros es difícil abordarlo con tranquilidad, tiene un cierto parecido con la pasión por "La Roja". Se utilizan los argumentos más variados: la tradición, las esencias, las raíces, la identidad, la fuerte emoción cuando un hombre se enfrenta con la bestia pudiendo perder la vida. Un hombre, porque toreras, pocas, sólo algunas que, por otra parte, no son muy bienvenidas: torear es cosa de hombres. También se dice que para el toro es un honor morir en el ruedo o que nadie está obligado a ir a los toros (Los toros, sí, y los provocan). También se habla de que es un buen negocio, puestos de trabajo, más turismo (Espero no ofender, pero el tráfico de drogas ilegales, las mafias de la prostitución, la venta de armas, también son un gran negocio y mucha gente come de eso).
Morir en la plaza es un honor... ¿Cómo saber qué siente el toro? Durante mucho tiempo se hicieron experimentos con animales en los laboratorios sin utilizar anestesia. Se tenía la certeza de que los animales no sentían dolor. Cuando los perros eran intervenidos y ladraban y lloraban desesperadamente se les cortaba las cuerdas vocales. Sus terribles lamentos perturbaban el trabajo de los científicos.
Mi padre, visitando a sus familiares en 1914, en San Sebastián/Donostia, fue llevado a ver una corrida. Siempre recordó como los toros destripaban a los caballos de los picadores; les cocían las tripas de cualquier manera y regresaban hasta que morían. Pero como nada es innamovible, porque todo cambia, para bien o para mal, esto ya no sucede. Tampoco sería rentable puesto que los caballos son muy caros. Afortunadamente la gran fiesta del siglo XXI es el fútbol, y en todo el mundo. Es el deporte más popular, más accesible. Un lugar cualquiera, una porteria con dos piedras, un balón de trapo y 22 personas juegan hasta que no pueden más. Hasta los más pobres, en cualquier aldea africana, se puede practicar. Por eso será que es uno de los deportes más antigüos y que fue creado por diversas culturas que no se conocían entre si. El fútbol es tan universal que a él han ingresado las mujeres. Tiempo al tiempo: habrá una Pelé.
El Parlament no ha tenido en consideración la vieja costumbre del "correbous", tan festejada en la Catalunya sur, en donde colocan antorchas en los cuernos del toro, eso sí, no lo matan. Se sabe que el fuego aterroriza a los animales, la humanidad durante millones de años se sirvió de él para evitar ser devorada por las fieras. En la bella y agradable Coria de Cáceres también usan las antorchas pero terminan matando al animal. ¿Y la cabra que tiran de un campanario cristiano? Parece que ahora los bomberos la esperan abajo para que no se estrelle en el suelo. En todas las culturas el maltrato de los más diversos animales es una tradición y no hablemos de la tortura ejercida sobre las personas: en todas partes se han diseñado los más sofisticados métodos de tortura utilizados en semejantes. Lo de Abel y Caín una tontería.
Algunos dirigentes del Partido Popular, particulamente la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dice que éste gobierno, el de Zapatero, tiene tendencia a prohibirlo todo. Prohibir debe ser el último recurso, primero hay que educar, convencer, seducir, pactar, dar algo a cambio. Pero a veces, si se quiere que la sociedad no se hunda en el caos, en donde impere la ley del más fuerte, hay que prohibir. Se debe prohibir conducir borracho o a doscientos kilómetros por hora; en unos años se han evitado miles de muertos y heridos gracias a las prohibiciones impuestas por Tráfico. Hay que prohibir fumar en lugares públicos porque el fumar provoca la muerte prematura de miles de personas todos los años.
( Y hablando de prohibir. Últimamente en Barajas prohiben el ingreso a España de abuelas argentinas, ya van dos. Han cometido el delito de no portar un papel en el que específicamente sus hijos y nietos las invitan a pasar las vacaciones con ellos. Las ancianas no vienen a ocupar el puesto de trabajo de nadie y no son ninguna competencia desleal para los nativos. Vienen sólo a dar besos y abrazos, y de alguna manera a despedirse (ley de vida). Es de desear que ninguna abuela española cuando vaya a la Argentina a ver a sus nietos sea deportada luego de tenerla demorada horas en una oficina policial, en la que ni se
le ofrece ni un vaso de agua, incomunicadas como si fueran peligrosos delincuentes. Sería imperdonable. En Buenos Aires se hacen bromas con aquello de la "Madre Patria")
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