TDAH LABORATORIO QUÍMICO EN LA INFANCIA
El consumo de medicación en niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad en España se ha multiplicado por 30 en una década. Un negocio sin crisis para las farmacéuticas. Laboratorios como Janssen, que pertenece a la empresa farmacéutica líder mundial Johnson & Johnson, facturan cientos de millones de euros cada año gracias al metilfenidato. Detrás de las cifras hay una maquinaria que involucra las escuelas y las familias en la detección de un trastorno que, según algunos psiquiatras, no existe. El Gobierno está a favor de aumentar el control aunque los expertos denuncian un sobrediagnóstico.
La ONU alerta del aumento en la medicación con psicoestimulantes niños diagnosticados con este trastorno
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Niños drogados. Menores que han integrado en su día a día la toma de pastillas para que no paran, no atienden en clase y porque "son diferentes". Tienen, supuestamente, trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Esta es una realidad creciente en las escuelas de Cataluña, sobre todo a las que ya disponen de protocolos para cubrir necesidades específicas de aprendizaje. Desde que el TDAH fue incorporado al Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales 'en 1980, la población infantil se ha convertido en un mercado muy apetecible para los laboratorios farmacéuticos. Después de la medicalización de los adultos, ha llegado la medicalización de la infancia.
La medicación se está convirtiendo en una vía muy utilizada para tratar los problemas de conducta de los más pequeños. A instancias de una petición médica, los niños de seis años en adelante con problemas conducta hacen un test en las escuelas que puede determinar su diagnóstico médico. Para saber si un niño padece TDAH, el Departamento de Enseñanza, a través de los Servicios Educativos, pide a los maestros y los padres que les pasen el test de Conners. "¿Qué muestra este test, la hiperactividad del niño o el malestar subjetivo del docente y de los padres?", Se pregunta Ana Elvira Sánchez, del sindicato USTEC-STEs. A partir de sus respuestas y de la observación de la conducta del niño tanto en casa como en la escuela, se determina si es hiperactivo. "A veces, el resultado del test diverge considerablemente entre los padres y los maestros, pero aún así se diagnostica al niño como hiperactivo con déficit de atención; entonces, invariablemente se le medica ", asegura Sánchez.
De esta manera, los maestros adquieren un rol "detector" en el diagnóstico del TDAH. Para Sánchez, "del mismo modo que un docente no puede medicar, tampoco puede diagnosticar; quien debe hacerlo es un clínico ". La profesora y miembro del sindicato USTEC considera que "los y las docentes deberían negarse a participar en este proceso de diagnóstico por razones obvias, ya que no son clínicos, y para que el test mide su subjetividad con relación al comportamiento de un niño ". Sin embargo, hoy el diagnóstico se hace así en la mayoría de casos.
El consumo de psicoestimulantes se dispara
Bote de pastillas de Concerta / ARCHIVO
Bote de pastillas de Concerta / ARCHIVO
Para algunos psiquiatras, el TDAH no existe; para otros, sí existe pero no se trata adecuadamente, y, finalmente, para muchos sí existe y sí requiere medicación. La realidad es que, entre el 2000 y el 2012, el consumo de dosis diarias de metilfenidato y de atomoxetina entre la población infantil se ha multiplicado casi por 30. España es hoy uno de los principales consumidores de metilfenidato del mundo. Son datos de un estudio independiente del 'Boletín de Información Farmacoterapéutica de Navarra' (Bitner) que el periodista de investigación Miguel Jara desgrana con detalle en su blog.
La definición oficial del TDAH es que se trata de un trastorno neurobiológico y de probable transmisión genética que afecta a entre un 5% y un 10% de la población infantil, llegando incluso a la edad adulta en el 60% de los casos. Los niños a los que se diagnostica con TDAH tienen dificultades para mantener la atención de forma voluntaria y no controlan algunos impulsos. El tratamiento farmacológico por vía de psicoestimulantes es uno de los pilares del tratamiento del trastorno, que teóricamente se complementa con una intervención psicológica y conductual.
Padres y madres de niños diagnosticados con TDAH han relatado a CRÍTICO que se sienten desprotegidos ante la gestión oficial del problema. Ricardo, con dos hijos con TDAH, relata que la escuela pública en la que iban sus hijos no cubría ni de lejos sus necesidades específicas de aprendizaje. Aunque él es contrario a la medicación, "todo el proceso nos llevó a esto", algo de lo que no siente orgulloso porque "la medicación no soluciona el problema a largo plazo". Otros padres y madres coinciden en decir que no reciben ayuda ante el problema y que muchas veces buscan el diagnóstico para poder certificar un trastorno que avale una atención específica de aprendizaje. Para Ricardo deberían explorar las vías no farmacológicas de tratar el TDAH. Este amplio concepto abarca terapias variadas como la acupuntura, la homeopatía, la meditación, la suplementación con ácidos grasos o la terapia familiar. El estudio del Bitner concluye que los tratamientos no farmacológicos "precisan de una mayor investigación" y destaca "la terapia conductual en su potencial utilidad".
El Gobierno español no cree que haya un sobrediagnóstico; al contrario: el PP afirmó en el Congreso en 2012 que había un infradiagnóstico del TDAH y que se debía involucrar al sector educativo y social para afrontar la cuestión. El Ejecutivo español se basaba en la 'Guía Práctica Clínica sobre TDAH', a pesar de que ha sido elaborada por pediatras con conflictos de interés con las farmacéuticas Janssen, Rubió y Lilly, comercializadoras de la medicación para el TDAH.
Concierta, uno de los fármacos más lucrativos
El metilfenidato es un psicoestimulante que incrementa los niveles de dopamina y norepinefrina en el cerebro, y tiene similitudes estructurales a la anfetamina. El laboratorio Janssen, del grupo Johnson & Johnson, facturó en España cerca de 132 millones de euros entre 2011 y 2013 sólo con Concerta, medicamento para tratar el TDAH, según datos de consumo facilitados por el Ministerio de Sanidad. Otras farmacéuticas que tienen su propia marca de metilfenidato son Laboratorios Rubió, el Rubifen; Shire, el Equasym, y Rovi, el Medikinet. También se receta la atomoxetina, a través de la marca Strattera, del laboratorio Lilly.
Janssen es el laboratorio que más gana con el consumo de metilfenidato a través de la marca Concerta. El grupo al que pertenece, Johnson & Johnson, ingresó en todo el mundo con este psicoestimulante 1.268 millones de euros en 2011 y 1.073 millones en 2012. Es la empresa farmacéutica con más ingresos del mundo, con cerca de 63.000 millones de euros en 2013. Una potencia absoluta en el mundo. Lilly, que también produce un fármaco contra el TDAH, se encuentra en el 'top ten' de los laboratorios que más ganan, concretamente en el décimo lugar, con 20.000 millones de ingresos. Estas cifras astronómicas, según Healthy Advertising, demuestran el gran margen de beneficio que tienen las farmacéuticas. Incluso es superior al de la gran banca mundial. En 2013, cinco grupos farmacéuticos obtuvieron beneficios superiores al 20%.
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