Adhesión del Casal Argentí de Barcelona a la concentración en repudio al asesinato de George Floyd, el domingo 7 de junio a las 11 horas en pl. De Sant Jaume.
Declaración:
El asesinato alevoso de Floyd se diferencia de los miles de crímenes racistas de los EEUU por el solo hecho de la presencia de su familia, que vivió el horror de ver como lo asesinaban, y de varias personas que grabaron y difundieron ese crimen.
A esto se sumó la gran crisis política que vive el poder imperialista por la descabellada gestión de Trump con la pandemia y su crisis de sistema.
El racismo de clase no es un crimen MADE IN EEUU. En nuestro país hemos visto cómo un grupo de jugadores de rugby asesinaron, también con alevosía e impunidad a un chico “morocho” como parte de una diversión en la ciudad costera de Villa Gessel.
Hacen pocos días un grupo de policías en la provincia del Chaco, Argentina atacaron, secuestraron, violaron y torturaron a un grupo de menores de la minoría originaria Qom, por el solo hecho de ser originarios.
En España y en Catalunya los abusos y agresiones racistas suceden cada día.
La política del estado racista español y de la UE causa cada día una masacre en el Mediterráneo.
Pero hacía falta el asesinato de un ciudadano afroamericano para que los falsos progresistas se rasguen hipócritamente las vestiduras.
Por esto adherimos a la convocatoria de las comunidades negras y afrodescendientes en Barcelona, pero también llamamos a organizar a protesta, de forma pacífica y ordenada, para unir nuestra lucha a la de nuestras hermanas y hermanos de EEUU, de Argentina y de todo el mundo, hasta imponer el respeto a nuestra condición de seres humanos y conquistar la igualdad de derechos, porque las obligaciones ya las tenemos.
El virus del racismo de Catalunya no necesita mascarillas, ya tiene la máscara de los medios de comunicación, los catalanes los primeros, con su política racista de comunicación blanca y cristiana, TV3 y Catalunya Radio los primeros. Una comunicación marginadora y racista que es común a todos los medios públicos, privados, digitales o físicos.
Esta crítica EXCLUYE a los y las trabajadoras de esas empresas, con quienes siempre nos hemos solidarizado en sus luchas, por que entendemos que no deciden la forma de gestionar la comunicación.
También debemos interrogarnos a nosotros como entidades de catalanes inmigrados, del porque nuestra incapacidad para defender nuestros derechos y reclamar Justicia e igualdad.
Y por último, también interpelemos a las organizaciones que reclaman por una República, si se plantean si esa república será igualitaria, porque este movimiento independentista ha ignorado totalmente al 20% de la población catalana de origen extranjero.
Alea jacta est.
Diego Arcos
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