SALE DEL AEROPUERTO DE RÍO DE JANEIRO (BRASIL) UN AVIÓN CON MÁS DE 50 ESPAÑOLES DEPORTADOS PORQUE SE ENCONTRABAN TRABAJANDO ALLÍ “ILEGALES”
Sale del aeropuerto de Río de Janeiro (Brasil) un avión con más de 50 españoles deportados porque se encontraban trabajando allí “ilegales”. Desde Buenos Aires mañana saldrá otro vuelo con más de 100 españoles deportados por encontrarse “ilegales en aquel país”. México, Colombia y Estados Unidos pretenden hacer lo mismo en los próximos días.
Por supuesto que no es cierta esta noticia. Es solo un llamado de atención. De haber sido verdad se hubiera tratado de uno de los bombazos informativos en España y en América Latina. No nos llamemos a engaños, hay miles de españoles que trabajan “sin papeles” hoy en América y en Dubái y en Estados Unidos y en medio mundo porque la crisis ha obligado a que muchos españoles intenten buscarse la vida en otros países. Pero todavía no tenemos noticia alguna de que uno solo de estos españoles sea “deportado” por cometer estas faltas administrativas. Todavía no escuchamos el término de “españoles ilegales”.
Lo que sí es cierto, es que en España se fletan aviones para deportar a inmigrantes que se encuentran irregularmente en territorio español. La noticia más reciente, justo ayer, cuando nos enteramos que salió del aeropuerto de Barajas (Madrid) un vuelo repleto de inmigrantes deportados con destino a latinoamérica.
Los medios de comunicación, tanto escritos como hablados, deberían dejar de llamar “ilegales” a los inmigrantes que se encuentran en situación irregular en España. “Ilegales”: calificativo que deshumaniza, ofende y contraviene cualquier precepto legal si tenemos en cuenta que estar en España en situación irregular es cometer una falta administrativa y no un delito.
Utilizar la palabra “ilegales” para referirse a las personas en situación irregular que residen en Españaes, por otra parte, gramaticalmente incorrecto y se pasa de la línea, pues es un apelativo injusto e inapropiado que criminaliza a las personas que carecen de NIE, pero que trabajan honradamente aún cuando esta sea una realidad que todo el mundo oculta.
La palabra ilegal está ligada al delito, y no es justo que los trabajadores en situación irregular sean catalogados como si se tratara de delincuentes comunes.
No es justo que a estas personas que laboran duro ganando salarios miserables en trabajos que ni los españoles, ni los residentes que tienen regularizada su situación en España aceptarían , sean, además, tildados de ilegales.
Pero lo más triste es que se escuche pronunciar esta palabra en los medios de comunicación incluso, aquellos que están destinados a la población inmigrante, y como la costumbre se hace ley, no es raro oír a gente procedente de los mismos países decir: “¡Pobrecitos! Tienen que someterse a mendigar esos trabajos: ¡SON ILEGALES!”.
Los inmigrantes no son ilegales, son ante todo, seres humanos.
¿Realmente es la inmigración nuestro enemigo? ¿quiénes cuidan de lo más sagrado de la sociedad: niños y ancianos? ¿quiénes son nuestros empleados de hogar por horas en nuestras casas y por quienes muchas veces no cotizamos a la seguridad social? ¿han sido o no los inmigrantes los que han hecho aumentar el número de afiliados a la seguridad social aún en tiempos de crisis? ¿quiénes contratan por sueldos miserables a inmigrantes sin “papeles” y les usan como “kleneex” mientras les necesitan sin luego darles indemnización o finiquito alguno? ¿quiénes han dado créditos hipotecarios en condiciones desfavorables para el trabajador: el inmigrante o el banquero? ¿quiénes se han encargado de los recortes sociales? ¿de verdad creemos que los inmigrantes? ¿quiénes nos han llevado a la ruina y la crisis que hoy tenemos? ¿quiénes hacen hoy recortes en sanidad y escolarización? ¿quiénes cobran sueldos descomunales amparados en ser gestores públicos: los inmigrantes o los políticos?
¿En realidad nos quitan el empleo los inmigrantes y colapsan los servicios sociales o son ellos quienes ocupan aquellos puestos de trabajo que muchas veces rechazamos? Frente a la idea de que los inmigrantes colapsan la sanidad pública, bastan las cifras. Según Sanidad, el uso que hacen de ella es un 15% menor que el de los españoles. ¿Acaso no crece en la Unión Europea y en España aquel discurso populista y racista que culpa a la inmigración de todos nuestros males en un cruel intento de alejarnos de los verdaderos problemas reales? Lamentablemente, “algo”, “alguien”, tiene que pagar la crisis. Ha sido el discurso antiimigrante aún cuando puedan existir cientos de lecturas políticas.
¿Son nuestro enemigo realmente? La población extranjera incide de forma directa en el aumento de la delincuencia. ¿Verdad o mentira? Los datos desmontan el bulo. Antonio Camacho, secretario de Estado de Seguridad, lo expone con un ejemplo: “En 2002, con la mitad de inmigrantes, la tasa de criminalidad era 1,5 puntos superior a la de 2006. Por lo tanto, no hay correlación entre inmigración y delincuencia, por mucho que algunos irresponsables se empeñen en establecer esa conexión”. Los expertos comparten esta teoría. José Luis Díez Ripollés, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Málaga, sostiene que “no puede afirmarse que la presencia de población inmigrante sea determinante a la hora de explicar los niveles delincuenciales”. La Policía confirma que el 63,5% de las bandas criminales son mixtas (integradas por españoles y extranjeros).
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